Estaba en la oscuridad y la única luz que veía estaba lejos. Comencé a caminar hacia ella pero me cansé, estaba fuera de mi alcance. Me quedé inmóvil pensando todas las cosas que no comprendía y quizás nunca comprenda. Pensé en las cosas que me hacían mal y en como tratar de superarlas y aunque parecía tan inalcanzable, algo se sentía bien. Me di cuenta que aunque estaba prácticamente quieta, había avanzado y mucho. Noté que lo que me hizo avanzar fue querer salir y terminé encontrándome a mi misma. Esta soy yo y soy capaz de hacer lo que fuese. Hoy me siento nueva con un don recién salido del horno. Quiero creer que allí afuera hay un camino mejor. Quiero creer que cuando uno quiere se puede. Me atreví a atravesar aquel túnel y aunque salí con un par de rasguños, me sentía en perfecto estado. Soy dos veces más fuerte y entiendo que en este período llamado “vida” voy a pasar por muchos túneles y aunque no salga ilesa, voy a salir de cada uno de ellos. Yo quiero, yo puedo, yo hago. Soy capaz de lo que sea porque creo fielmente en ello. La oscuridad no es tan oscura ahora que lo veo por segunda o tercera vez. En la oscuridad ya no me siento tan sola porque encontré a personas capaces de recorrerla conmigo. Ya no tengo miedo sólo tengo fé.
Y hoy creo que puedo volar aunque me hayan cortado las alas. Hoy soy invencible. Querer a veces es poder y poder es hacer. Cuando una puerta se cierra muchas otras se abren. No sé quién habrá dicho esa frase pero tiene razón. Estoy aprendiendo a danzar bajo la lluvia y la sensación es única.
+ María Andrea
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